El Monasterio de El Paular, la Iglesia y el Corral de Comedias de S. Andrés Apóstol, el salón de actos del Albergue Juvenil Los Batanes y el Centro Cívico Fernando Bendito son escenarios, a lo largo del año, de diversos actos culturales.
Porque cada pueblo recoge y mantiene, a su modo, tradiciones, costumbres y creencias, las fiestas populares constituyen también la identidad de esta localidad, justificando su diversidad y formando, así, una parte importante de su patrimonio cultural.
Su conservación, a diferencia de otros bienes patrimoniales, depende de la voluntad de las colectividades locales, siendo difícil dotarla de una normativa específica que la asegure.
La fiesta, ritual básico de la vida de cualquier comunidad, cobra singular importancia en estos valles angostos donde las novedades, propias de la vecina vida urbana, conviven con las viejas costumbres.
Desde hace décadas, Rascafría tiene en la Asociación Cultural La Trocha un baluarte de recuperación y difusión de la cultura tradicional del Valle, donde con sus bailes, vestuarios y sones da vida a los festejos.
De las fiestas más o menos móviles del período invernal, las corridas de cintas en carnaval, constituyen un vestigio de las antiguas corridas de gallos.
El ciclo de primavera se inicia con la celebración de la Semana Santa, que se desarrolla en todos los pueblos con un marcado carácter redentor.
Con la llegada del buen tiempo, se celebran numerosas romerías en honor de la primavera, y en verano, con la cosecha y la recogida, estallan los festejos patronales. Durante éstos se suceden los actos religiosos y profanos. Armonía entre rituales paganos y elementos de culto cristiano muestran la otra diversidad de este Valle.
Con la llegada de nuevas formas de vida, algunas fiestas han ido desapareciendo o perdiendo su antiguo significado, aunque algunas asociaciones y hermandades luchan por su persistencia.
El Mayo, celebración de la primavera y fiesta de la fertilidad, consiste en la colocación en la plaza del pueblo del tronco más esbelto.
Desde antiguo, los vaqueros de ambos lados de la Sierra se reunían para charlar y compartir sus escasas viandas en lo alto de la sierra, lo que se mantiene como la Romería del puerto de Malagosto, lugar en el que, desde hace más de 50 años y cada primer domingo de Agosto, se reúnen los pueblos de ambas laderas del costillar Carpetano.
Año tras año, podemos disfrutar de la Pasarela Artiñuelo, evento, que trata de trasmitir la cultura tradicional serrana a través de las vestimentas utilizadas ancestralmente para las diversas tareas y actividades de las gentes del campo.
El Festival Folk de la Sierra Norte es sin duda el evento musical más importante y populoso del año por haberse constituido en referente a nivel nacional. La celebración tiene lugar en el inigualable espacio natural de “Las Presillas” a orillas del río Lozoya. Allí aún perduran sones de Hevia, Carlos Núñez, Luar na Lubre, La Bruja Gata y Celtas Cortos, entre otros.